Educación biomimética

Aunque la introducción de la biomimética en las aulas universitarias de nuestro país se dió recientemente, el desarrollo de esta ciencia ha tenido avances sustanciales en México. Desde la introducción de la materia a la carga curricular, hasta la investigación y la aplicación, la biomimésis es sin duda una corriente de la arquitectura que llegó para quedarse, ya que resuelve problemas de manera eficiente.

Con casos limitados y muy recientes, como el museo de la semilla en Zacatecas y el proyecto de China Expo en Cancún, la biomimética ha tenido limitadas aplicaciones en territorio nacional. Aún así, nos encontramos ante un cambio cultural que bien podría cambiar el desarrollo de proyectos en un futuro, orientándolos hacia la sustentabilidad y la armonia ambiental. 

Sin embargo, de acuerdo a Raúl Villafranca, profesor de arquitectura en la Universidad Iberoamericana campus Ciudad de México, y principal promotor de esta ciencia, el estatus de México en cuanto al desarrollo de la biomimética se encuentra en su etapa inicial. 

Hasta ahora, se ha iniciado con talleres de diseño en las diferentes universidades del país, así como la creación del Instituto Mexicano de Biomimética, en el que abogados, arquitectos, químicos, administradores, diseñadores e ingenieros aplican sus carreras hacia la creación de un futuro armónico con el medio ambiente.